lunes, 12 de agosto de 2013


Zombies sexys y con estilo vistiendo, publicidad exitosa garantizada

Hoy vamos a hablar más de ficción que de primitivismo.

En estos últimos años, ha habido un auge respecto a un género cinematográfico nacido hace ya más de 50 años, un subgénero del cine de terror abocado a la serie B y asociado al mal gusto: hablamos del cine de zombies y sus adaptaciones a otros medios (literatura, cómics, videojuegos...)

¿Qué tiene de especial esto de los muertos vivientes? En los años setenta y ochenta se trataba de una vertiente enfocada a los amantes del cine gore, un trasfondo ideal para cintas de bajo presupuesto y gusto refinado por la casquería. Hoy en día es un género que mueve masas y totalmente absorbido por la corriente mainstream: la recién estrenada Guerra Mundial Z, con Brad Pitt como protagonista, ha recaudado más de 365 millones de dólares, y la versión literaria de Max Brooks que precede al film es todo un Best Seller. La cuestión es: ¿Cómo este género ha pasado de la marginalidad de la serie B a las grandes pantallas? ¿Porqué ahora y no antes?

Probablemente la película de zombies que precedió la zombiexplotation en la que nos encontramos sumidos fue "Dawn of the Dead" de Zack Snyder, remake del film original de George A. Romero, allá por el 2004. La cinta es una de esas pocas revisiones que superan al film original, pero aun así su éxito fue desmedido teniendo en cuenta que contaba exactamente la misma historia. Igualmente esta película funcionó más como resorte precursor que como producto enseña de la nueva ola de ficción zombie; probablemente ese mérito lo tenga la serie "The Walking Dead", basada en una serie de cómics con diez años de antigüedad, encargada de hacer del género un fenómeno global.

Desde entonces vivimos con el fenómeno zombie presente en toda la cultura occidental. Cine, juegos, cómics, novelas, spots publicitarios, vídeos musicales... los muertos vivientes probablemente pasarán a ser iconos de la generación actual. A pesar de haber nacido como subgénero del terror, poco horror y rechazo provoca todo lo que rodea al concepto del Holocausto Zombie. Si su función original de aterrar ha fallado, ¿Cómo es que el género triunfa?

No soy el primero que ha hecho un análisis a este fenómeno. Desde siempre se ha dicho que la trilogía de Romero es una crítica al racismo en su primera entrega, al capitalismo en la segunda y a la inmigración en la malograda tercera parte: generalmente su aspecto de crítica anti consumo es la que prevalece. Se dice que el zombie es el consumidor, un ente descerebrado, parte de una masa agresiva que hace lo que sea por consumir. Podría hacerse esa lectura y centrarse en la crítica anticapitalista del género, pero una vez más nos quedaríamos cortos.

El mito zombie actual y su origen no tienen nada que ver. El mito original no habla de hordas tambaleantes, sino de seres reanimados mediante magia vudú por los Hougan que esclavizan al muerto para que sea su sirviente más allá de la muerte: hoy en día un zombie no es eso. Es un ser sin amo, ajeno a la magia y portador de una enfermedad infecciosa. Aunque dependiendo del título esto suele cambiar sensiblemente, generalmente es aceptado que el zombie actual nace gracias a la tecnología. En "Night of the Living Dead" se coquetea con la idea de la radiación como causante. Esta idea es rápidamente desechada por la mayoría de los filmes posteriores, y la idea del virus es la más aceptada. Unas veces es un virus concebido a posta, en otras no. Sea como sea, ya sea en su concepción o en su propagación, la tecnología siempre es el medio para que el Apocalipsis tenga lugar.

Efectivamente, quiero dar a entender que el Holocausto Zombie no es más que otra idea subconsciente que nos sugiere lo dañino de la civilización actual. No es más que otra cara del mito del Fin del Mundo, un mito existente en casi todas las civilizaciones y cuya principal idea es que la civilización ha de acabar, ya que generalmente los mitos apocalípticos coinciden en el fin de la humanidad como orden social complejo más que como especie en sí. El Holocausto Zombie no es más que su cara más moderna. Todos lo anhelan y lo desean, en el fondo esperamos ese "reseteo" de la humanidad. El mundo bajo el yugo zombie es atractivo. Permite a sus personajes olvidar sus obligaciones mundanas, personas que no se consideran productivas en la sociedad industrial consiguen prosperar gracias a aptitudes poco valoradas en el mundo moderno, concentrarse en sobrevivir y demostrar que pueden sobrevivir por sí solos. Es un mundo que da autonomía a quien se la gana, donde la lucha contra la adversidad es recompensada y donde el ser humano puede luchar, donde además el hacinamiento es un problema real al que uno puede enfrentarse de manera desinhibida.

Por supuesto, todo se queda en febriles fantasías. El hombre moderno por norma general sólo fantasea con ese mundo, ya que la perspectiva de que esto pudiera ocurrir lo aterraría. Ponemos "una de zombis" y durante unas horas fantaseamos con una libertad que no tenemos, evadiendo mediante el ocio la terrible realidad en la que nos encontramos: nosotros somos los zombies, y preferimos serlo antes que intentar sobrevivir.

1 comentario:

  1. A mí las pelis de zombies me enseñan que el peligro siempre viene de dentro. Es un concepto de autodestrucción redundante. Los zombies son los más evidentes, se comen a su especie. Canivalizan. Pero hay otra constante en prácticamente todas las pelis de zombies (no se me ocurre ninguna excepción, en serio) que es la traición, casi siempre por miedo y desesperación. Existe el peligro inicial, los zombies, que siembran el caos y la destrucción y aíslan a un grupo. Cuando tienen un plan, cuando parece que está todo controlado, uno de los miembros traiciona al resto, suponiendo el verdadero obstáculo que el grupo protagonista tiene que superar. Desde lo más mierda como Resident Evil hasta todas las de Romero, Los muertos vivientes... Ya Plauto decía en el 200 a.c. "El hombre es un lobo para el hombre."(googleado)

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