sábado, 29 de junio de 2013

Para empezar, rescato una crítica de mi anterior blog, El Exilio de Arcadia. El artículo tiene casi un año, pero merece la pena salvarlo de Irkalla (Al menos eso dicen las visitas de mi anterior blog), y es una novela que habla mucho de los pilares de la sociedad. Ahí va y perdonden mi pereza, en breve empezaré a publicar ficción original.

Ruinas de la fortaleza original de Alamut en el monte Elburz, en el norte de Irán. Quedó reducida a lo poco que se conserva por las hordas mongolas en el siglo XIII

"Nada es verdad, todo está permitido"

Dice la leyenda que estas fueron las últimas palabras de Hassan Ibn Sabbah, El Viejo de la Montaña, líder de la secta ismaelita y señor de Alamut, en su lecho de muerte. La mística frase también presentada por Nietzsche en su Genealogía de la moral, en el siglo XIX, y más tarde, en el siglo pasado, por la novela que nos ocupa; por desgracia tiene el dudoso mérito de haber sobrevivido a los siglos hasta llegar a ser actualmente conocida entre la gran mayoría de la juventud y no tan juventud por el juego Assassins Creed. Independientemente de la calidad que posea o deje de poseer el juego, o su función como mero entretenimiento, es una pena que una frase que entraña tanto contenido perviva siendo arrancada de su contexto original, perdiendo todo su sentido.

Pero, ¿Qué significa la frase de los cojones? haciendo síntesis y sin querer meternos a profundizar en el tema, el significado de la frase es uno de los pilares de la novela del esloveno Vladimir Bartol y del pensamiento del alemán Nietszche; la ausencia del temido jucio final, del castigo al pecado tras la muerte y, por ende, de cualquier entidad divina superior. Nada es de los que nos contaron es verdad, no existe ningún poder mayor que separe pecadores de puros tras la muerte, que lleve las almas de los fieles al cielo y la de los pecadores al infierno, y el poder que conlleva el conocimiento de dicha revelación nos equipara a los mismos dioses que temíamos, nos convierte en ellos, ya que, si no hay ningún Dios para juzgarnos, nosotros nos convertimos en esos seres omnipotentes para los cuales todo está permitido. Y de eso habla Alamut; del poder, de la religión, de la manipulación, el totalitarismo y el ateísmo.

Un poco de historia

Alamut no es un tratado de filosofía; es una novela histórica con un fuerte componente de crítica social y sí, algo de filosofía, pero sigue siendo en esencia el relato de unos personajes que se ven envueltos en la trama que enfrenta a la secta ismaelita de Alamut con el imperio seleúcida.

Alamut, cuyo significado en persa antiguo es "Nido de Águilas", realmente existió, y su historia, aunque relativamente poco conocida, ha influído más en la cultura occidental de lo que apreciamos, ya que en ella se encuentra el origen mismo de la palabra "asesino", denido a que los ismaelitas eran conocidos por sus asesinatos estratégicos y la total entrega de sus fieles a los objetivos dictados por el Viejo de la Montaña; según la leyenda, la sumisión de los ismaelitas y la leyenda de asesinos suicidas que se creó a su alrededor era debido a que, cuando eran reclutados, los futuros hashashins (comedores de hachís en árabe, literalmente, y el origen de la palabra "asesino") consumían la droga hasta creer que se encontraban en el paraíso, en los utópicos jardines de Alamut, rodeados de sabrosas frutas, hermosas doncellas vírgenes y todo tipo de lujos; entonces Hassan Ibn Sabbah les relataba a sus futuros siervos que habían visitado el paraíso que les había sido prometido si morían por la secta.

Fue Marco Polo quien trajo la historia desde oriente en uno de sus múltiples viajes. En su crónica, relataba haberse reunido con El Viejo de la Montaña en persona en las murallas de la fortaleza, donde el líder sectario decidió mostrar al veneciano el grado de lealtad de sus soldados ordenando a uno de ellos que saltara de la muralla, evidentemente muriendo en el acto. Aunque la historia dice que Marco Polo fue anacrónico a Hassan Ibn Sabbah (ay Marco, tú y tus trolacas), que se limitó a inventarse la historia a partir de las habladurías que oiría en sus viajes,  y que probablemente los hashashins más que ponerse ciegos a porros para creerse que estaban en el paraíso lo hacían para calmarse tras sus horribles asesinatos, la leyenda es siempre más atractiva, y es en lo que se basa Vladimir Bartol para su novela, la cual a pesar de ello está bastante bien documentada sobre el tema y es muy fiel a la situación del mundo islámico en el siglo XIII.

Tahir, Halima y el Viejo de la Montaña

Con una leyenda tan seductora, no es raro que el libro cautive tan rápido. Vladimir Bartol no desperdicia ninguno de los ingredientes de la historia, y los exprime hasta su jugo máximo, siempre con el fondo crítico de fondo; Tenemos a Tahir, el soldado ismaelita, el entusiasma que poco a poco se sumerge en el mundo del fanatismo que el maquiavélico Hassan Ibn Sabbah ha creado para su guerra sagrada contra los seleúcidas. Pero es sin duda Hassan, el villano de la historia, el personaje más interesante; un retrato de los tiranos que siempre y hoy hunden países, condenan miles de vidas y juegan con los demás en nombre de unas metas y objetivos que no valen ni una gota de sangre; un cínico sin remordimientos, megalómano, misántropo y tan inteligente como desalmado. Es el puro contraste de la vileza que da el poder y el paso de los años contra la inocencia de Halima, la joven esclava que inicia la novela como novicia en el harén del Nido de Águilas llena de pureza, ajena al mundo de dolor y guerra de los objetivos de Hassan o de la disciplina férrea y fanática de los soldados como Tahir que pueblan la fortaleza, dedicándose a asuntos banales e infantiles, acordes a su edad, como absurdas riñas y envidias entre las chicas que se encargarán de simular el paraíso prometido para que soldados como Tahir pierdan su vida por una mentira.

La historia se va desarrollando conforme Tahir y Halima, cada uno a su modo, se van involucrando cada vez más en la verdad que se esconde en Alamut; aquella que dicta que nada es verdadero, y que todo está permitido. Lo hace poco a poco, sutilmente y esforzándose por situar al lector correctamente en el trasfondo; aunque los datos históricos no sean lo más importante, Vladimir Bartol se esmera en hacer que el lector entienda qué sucede en cada momento, contra quiénes luchan los ismaelitas y porqué, y este trasfondo histórico está intrínsecamente relacionado con las motivaciones de los personajes; porqué un joven inocente como Tahir se une a una secta de asesinos, cómo Halima puede formar parte de tal macabro teatro a pesar de su inocencia y, sobretodo, porqué existen personas como Hassan Ibn Sabbah, indagando de una manera bastante profunda en la psicología de esos hombres de carisma e intelecto superior que no dudan en manipular a sus semejantes a su antojo.

Los grandes aciertos de la novela son dos: la psicología de sus personajes, totalmente creíbles y extremadamente humanos, con sus luces y sus sombras y, por otro lado, la excelente crítica social al totalitarismo y al fanatismo a la vez que a la ausencia total de moral, crítica que es siempre sutil y velada, sin ser un panfleto tralsadado a un diálogo final. Y, hablando de el final, es totalmente demoledor; atípico y con un sabor agridulce, sin querer revelar nada.

Y para finalizar y dejar ya en paz al pobre filósofo de Rockën, no puedo más que señalar lo irónico del asunto: Bartol usa en su "villano" una frase que Nietzsche usa en su teoría, quien para muchos influenció al nazismo, para denunciar el totalitarismo y la manipulación sectaria en 1939, época de apogeo del III Reich. Aunque bueno, quizá no sea una divertida casualidad sino más bien una crítica a dicha corriente. De hecho, es lo mas probable.

PD: Es increíble que haya tenido que modificar la entrada de Alamut en la wikipedia mencionando a los Assamitas, ¿dónde están los frikis de Vampiro: La Mascarada?. Aunque bueno, eso significa que algo que he escrito pasará a la historia... ¡He colaborado con la wikipedia!

EDITADO 13/09/12; Vaya, parece ser que la wikipedia ha editado la información que introduje. No lo entiendo ya que está relacionada con el tema y es cierta; ¿Alguien sabe cómo funciona?

viernes, 28 de junio de 2013

Escrito por Unknown | Etiquetas : , , , ,

¿Qué es el Testamento de Enkidu? ¿Quién era ese señor?

Enkidu, según la mitología sumeria, fue un ser creado por Aruru, la diosa de la tierra, para enfrentarse a Gilgamesh, el déspota rey de Uruk, obsesionado con la inmortalidad. Los dioses oyeron las quejas de la gente acerca del monarca, por lo que crearon a un ser de fuerza similar. Enkidu era todo salvajismo; inculto, primitivo e incivilizado, la antítesis de Gilgamesh, representante de la civilización y el avance humano.
Ya en los albores de la civilización, la batalla entre lo salvaje y lo civilizado surge. Según cuenta la epopeya sumeria, entre ambos némesis acaba aflorando la amistad tras la cruenta batalla. Ambos unen fuerzas en la búsqueda de la vida eterna, corriendo mil aventuras en el camino.
Pero la inmortalidad nunca llega. A pesar de la insistencia de Gilgamesh y las oportunidades que se presentan en su camino, falla constantemente en la consecución de la vida eterna, consiguiendo con ello que su amigo Enkidu muera durante la desesperada empresa.

Es curioso que la primera narración escrita conocida sea una perfecta moraleja acerca del devenir de la civilización y el progreso tecnológico. Creamos la civilización con el único fin de buscar la ansiada inmortalidad. Queremos vivir más años, y para ello nos ayudamos del progreso tecnológico, un motor que funciona gracias a los modelos industriales que requieren cadenas de montaje, trabajadores, economías, mercado y demás componentes que nos anclan a una vida basada en el trabajo y el capital. Vivimos en la ansiedad, la depresión y el hacinamiento, pero no renunciamos a ello con el fin de robarle unos años a la muerte, como Gilgamesh. Solo que, por el camino, Enkidu, agoniza. Llegará el punto en que ese ser, némesis del progreso, muera, llevándose consigo todo lo salvaje, lo natural y lo primitivo que tenemos dentro, para encontrarnos que a pesar de todo llegará el día en que moriremos todos. La raza humana llegará a su fin a pesar de lo mucho que busquemos nuestra inmortalidad como especie, sólo que de esta manera destruiremos nuestra propia humanidad y todo lo que nos rodea en el proceso.

El Testamento de Enkidu quiere recoger esa moraleja; el uso de la ficción como medio para exponer ideas de índole anarquista y opuestas al progreso industrial.

¿Anarquismo, primitivismo y ficción? ¿Porqué no un blog de divulgación?

El anarquismo es la ausencia de Estado. A pesar de que normalmente es vinculado a un estado social caótico, al vandalismo o a movimientos de izquierdas como el comunismo libertario, es un concepto que no se limita a una afinidad política o un sistema de gobierno; es la ausencia de el mismo, con el cambio personal y social que conlleva. Tampoco es filosofía, no se trata de cavilaciones acerca de la naturaleza humana. El anarquismo llano es un concepto, una idea; es la esencia de la libertad individual y social. Y sólo ha habido una era en la que el anarquismo fuese el "régimen" gobernante; la era primitiva. Por lo cual, son conceptos que casi por obligatoriedad deberían estar unidos.

La ficción, no obstante, es un concepto más propio de la civilización. La música, la literatura o el cine son artes nacidas (o refinadas) en sociedades civilizadas, no así la imaginación o la creatividad. En las sociedades primitivas, siempre ha habido bailes, rituales, leyendas y toques de tambor que expresaban ideas, moralejas y sentimientos. Muchas líneas de pensamiento primitivistas son críticas con cualquier tipo de arte o incluso con el pensamiento simbólico, pero es innegable que es un canal de comunicación efectivo. Después de todo, tanto Internet como la imprenta son medios mucho más industriales que cualquiera de estos y son de uso común entre los teóricos más puristas. ¿Porqué no usar la ficción?

¿Esto es una web de relatos?

No. Al menos no exclusivamente. Este sitio pretende publicar ficciones con un punto de vista al menos cercano al anarquismo y el primitivismo. Evidentemente la creación ficticia más asequible para el creador es la literaria, pero no será esto una sucesión de cuentos acerca de buenos salvajes. Aunque este blog está abierto a cualquiera que desee publicar a través de él, me temo que la principal carga recaerá sobre el autor, quien de momento poco más que relatos puede escribir, pero que estaría encantado si pudiera publicar cualquier otro tipo de ficción como cómics o cine.

También habrán artículos de opinión, críticas y análisis, ya sea tratando temas de actualidad como comentando otras obras,  siempre y cuando tengan relación con los pilares del blog o se haga desde dicha perspectiva.

¿Sólo habrá ficción sobre volver a la edad de piedra?

En absoluto. Pero es cierto que todo creador tiene una inspiración, y el caso del de este blog, la inspiración es la muerte de la naturaleza a manos del progreso salvaje, y el yugo que gobiernos, corporaciones y demás sistemas de poder infligen en el ser humano. Esto no se debe traducir a historias repetitivas de revolucionarios logrando volver a la tierra o ciencia ficción distópica. También tienen cabida los dramas humanos causados por el hacinamiento, la ausencia de decisión en la sociedad masificada o la decadencia de la sociedad capitalista.

Los textos no pretenden ser panfletos publicitarios. Sólo pretenden ser un medio de fomento más o menos sutiles, usando la narrativa para explicar los problemas, las causas y sobretodo el origen del daño causado por la sociedad tecnoindustrial. Puede que se publiquen otros relatos que quizá toquen el tema muy por encima, pero una serie de ficciones enfocadas al mismo tema corren el riesgo de acabar marginados.

Con todo esto, sólo me queda daros la bienvenida, esperar que os agrade lo que leéis y que sobretodo os haga pensar.