
La calma invadía el desolador paraje que se abría ante mis ojos. El zumbido de los bombardeos había enmudecido hacía ya bastante tiempo, y sólo quedaban los ecos del chisporroteo de las llamas que se alzaban en la distancia.
Sin duda, la mayor mentira del ser humano es el concepto del progreso. Reducimos la conducta humana en un concepto irreal por el cual un hombre, o una sociedad, avanza en una dirección fija. Como si nuestra mente fuese tan...